Cómo hacer un rascador casero para gatos paso a paso

Cómo hacer un rascador casero para gatos paso a paso

¿Tienes un gato que no para de arañar tus muebles? ¡Tranquilo! No eres el único. Los rascadores son una necesidad básica para cualquier felino, no un simple lujo. Ellos los usan para afilar sus garras, marcar territorio y liberar estrés. Y lo mejor de todo es que no necesitas gastar una fortuna en uno. Con un poco de creatividad y materiales fáciles de conseguir, puedes construir un rascador casero que a tu gato le encantará y que además se verá genial en tu hogar. En esta guía paso a paso te enseñaremos todo lo que necesitas saber para crear un rascador funcional, bonito y sobre todo duradero. Desde por qué los gatos los necesitan hasta cómo personalizarlo según las preferencias de tu minino. Así que ponte cómodo, afila tus herramientas y prepárate para convertirte en el héroe de tu gato. Vamos a crear algo increíble juntos.

¿Por qué los gatos necesitan un rascador?

Comportamiento natural felino

Arañar no es una manía, es una necesidad natural para los gatos. Lo hacen para eliminar las capas viejas de sus uñas, para estirarse, marcar territorio con las glándulas de sus patas y liberar tensión. No importa si tu gato es casero o vive al aire libre, el impulso de arañar viene programado en su ADN. Así que, en lugar de intentar corregirlo (spoiler: no funcionará), es mejor ofrecerle una alternativa atractiva y segura. Es aquí donde entra el rascador. Es la forma perfecta de canalizar ese comportamiento hacia un objeto que no sea tu sofá favorito. Si no le das una opción adecuada, buscará la más cercana, y adivina qué… normalmente es tu mueble más caro. Por eso, tener un buen rascador en casa no es un capricho, sino una estrategia de convivencia.

Beneficios para su salud física y emocional

Un buen rascador no solo protege tus muebles, también beneficia a tu gato. Físicamente, lo ayuda a mantener sus uñas en buen estado, fortalecer sus músculos y mejorar su flexibilidad. Emocionalmente, le brinda una forma de liberar ansiedad, aburrimiento o incluso frustración. Gatos con acceso a un buen rascador suelen ser más tranquilos y equilibrados. Además, cuando tienen un espacio propio para rascar y jugar, desarrollan mayor seguridad y confianza en su entorno. Si tienes más de un gato, también reduce conflictos territoriales. En resumen, es una inversión emocional y física para tu mascota. Por eso, hacerle un rascador casero no es solo un gesto de cariño, es una forma de mejorar su calidad de vida. Y con lo fácil que es construir uno, realmente vale la pena.

Materiales necesarios para hacer un rascador casero

Herramientas básicas

Antes de comenzar a construir, asegúrate de tener a mano algunas herramientas esenciales. La mayoría probablemente ya las tienes en casa:

  • Destornillador o taladro
  • Tijeras o cúter
  • Pistola de silicona caliente o cola de carpintero
  • Grapadora industrial (opcional, pero muy útil)
  • Lija para madera (si usas superficies de madera natural)
Estas herramientas te ayudarán a cortar, fijar y montar los materiales sin complicaciones. No necesitas ser un experto en bricolaje; con paciencia y cuidado, cualquier persona puede hacerlo. Además, si involucras a los niños, puede convertirse en un proyecto familiar muy divertido.

Materiales reciclables o de bajo costo

Una de las grandes ventajas de hacer tu propio rascador es que puedes reutilizar materiales que ya tienes en casa. Aquí te dejamos una lista de materiales fáciles de encontrar:

  • Cartón grueso (ideal para rascadores horizontales)
  • Tubos de cartón o PVC (perfectos como base o columna central)
  • Cuerda de sisal (el mejor material para que los gatos rasquen)
  • Madera o MDF (para estructuras más sólidas)
  • Tela o alfombra vieja (para forrar partes del rascador)
Todos estos materiales los puedes conseguir a muy bajo costo o incluso gratis. Por ejemplo, muchas tiendas te regalan tubos de cartón largos si los pides. También puedes reciclar partes de muebles viejos. Lo importante es que sean seguros y resistentes, porque tu gato les dará bastante uso. Así que piensa en este proyecto como una combinación de creatividad y reciclaje inteligente.

Tipos de rascadores que puedes construir en casa

Rascador vertical

Este es uno de los modelos más comunes y preferidos por los gatos. Consiste en una estructura vertical, como una columna o poste, envuelta en cuerda de sisal. ¿Por qué les gusta tanto? Porque les permite estirarse completamente al rascar, algo que les resulta sumamente placentero. Para hacer uno, puedes usar un tubo de cartón grueso o un listón de madera como base, fijarlo sobre una plataforma estable y cubrirlo completamente con cuerda de sisal. Asegúrate de que sea lo suficientemente alto (al menos 60 cm) para que el gato pueda estirarse. Puedes agregarle juguetes colgantes o una base acolchada para hacerlo más interesante. Es ideal si tienes poco espacio pero quieres ofrecer una opción eficaz de rascado. Y, si le das un toque decorativo, incluso puede combinar con tu sala.

Rascador horizontal

Los rascadores horizontales son perfectos para gatos que prefieren rascar superficies planas, como alfombras o el suelo. Son muy fáciles de hacer y puedes fabricarlos con cartón reciclado. Solo necesitas cortar varias capas de cartón en tiras del mismo tamaño y pegarlas una encima de otra hasta formar un bloque. Luego lo forras con un poco de tela o lo dejas así si el cartón está limpio. También puedes hacer una estructura de madera y colocar alfombra o sisal encima. Son ideales para colocar bajo las ventanas, al lado del sofá o en su zona de juegos. Además, al ser ligeros, puedes moverlos por la casa fácilmente. Otro truco es espolvorear un poco de catnip (hierba gatera) encima para atraer más al gato. ¡Verás cómo se convierte en su nuevo lugar favorito!

Torre con múltiples niveles

Si quieres ir un paso más allá, puedes construir una torre rascadora con diferentes niveles. Estas torres permiten a tu gato escalar, esconderse y rascar todo en un solo lugar. Puedes usar madera, MDF o incluso cajas resistentes para construirla. Forra cada nivel con alfombra o cuerda de sisal y añade elementos como túneles, hamacas o plataformas. Es una excelente opción si tienes varios gatos o si tu mascota es muy activa. Eso sí, asegúrate de que la estructura sea estable y segura para evitar accidentes. Aunque requiere más tiempo y materiales, la satisfacción de ver a tu gato explorar su nueva torre no tiene precio. Es como construirle un pequeño parque de diversiones solo para él.

Cómo elegir el diseño ideal para tu gato

Edad y tamaño del gato

No todos los gatos son iguales, y eso se nota al momento de elegir o construir un rascador. Un gatito pequeño probablemente se sentirá cómodo con un modelo bajo y accesible, mientras que un gato adulto y grande necesitará una estructura robusta, alta y muy resistente. Los gatos mayores pueden tener dificultades para escalar, por lo que lo ideal es optar por diseños horizontales o con acceso fácil. Siempre considera el tamaño de tu mascota para evitar que el rascador se quede pequeño al poco tiempo. Además, los gatos grandes necesitan materiales más firmes que no se tambaleen al rascar. Lo importante es que el diseño se adapte a su cuerpo y a su nivel de actividad. Así te aseguras de que lo use a diario y no termine olvidado en una esquina.

Espacio disponible en casa

Otro factor clave es el espacio que tienes disponible en casa. Si vives en un apartamento pequeño, un rascador vertical o de esquina puede ser ideal. Aprovecha las paredes o rincones donde el rascador no estorbe. Por otro lado, si tienes más espacio, puedes darte el gusto de construir un centro completo con varios niveles, cuevas, rampas y juguetes. También puedes hacer un diseño modular que se adapte al entorno: una base ancha con niveles intercambiables, por ejemplo. Recuerda que el rascador debe estar en una zona donde tu gato pase tiempo, no escondido detrás de una puerta. Incluso puedes colocarlo cerca de su ventana favorita para que tenga vistas mientras rasca. Todo se trata de integrar el rascador a la vida diaria de tu gato.

Preferencias y hábitos de tu mascota

Observa cómo se comporta tu gato. ¿Prefiere rascar en vertical o en horizontal? ¿Le gusta esconderse en cajas o trepar a lugares altos? ¿Disfruta morder cuerda o jugar con pelotas? Todas estas pistas te ayudarán a diseñar el rascador perfecto para él. No se trata solo de hacer algo bonito, sino funcional y adaptado a su personalidad. Algunos gatos aman los rascadores altos porque les encanta observar desde arriba. Otros prefieren zonas tranquilas y cerradas. Incluso puedes combinar varios estilos en una sola estructura. Si logras interpretar bien sus preferencias, el rascador se convertirá en su rincón favorito. Piensa como un gato, y acertarás con el diseño.

Paso a paso para construir un rascador vertical básico

1. Preparar la base

Todo buen rascador necesita una base sólida. Esta será la plataforma que mantendrá toda la estructura estable y evitará que se tambalee mientras tu gato la usa. Puedes utilizar una tabla de madera gruesa, como MDF o contrachapado. El tamaño ideal dependerá de la altura del rascador, pero se recomienda que tenga al menos 40x40 cm para mayor estabilidad. Lija bien los bordes para evitar astillas y, si quieres, cúbrela con una alfombra o tela gruesa para darle un acabado más cómodo y estético. Puedes pegar la tela con cola de carpintero o grapas industriales. Esta base será el cimiento de todo, así que asegúrate de que esté bien firme.

2. Colocar el poste principal

Ahora es momento de instalar el poste. Este será la parte que tu gato usará para rascar, así que debe ser resistente y estar bien asegurado. Puedes usar un tubo de cartón grueso (como los de tela industrial), un poste de madera o incluso un tubo de PVC. La altura ideal es entre 60 y 90 cm, dependiendo del tamaño de tu gato. Atorníllalo firmemente al centro de la base con tornillos largos. Si el tubo es hueco, asegúrate de rellenarlo o reforzarlo con una varilla central o madera adicional. Recuerda que los gatos aplican bastante fuerza al rascar, así que este paso es fundamental para la seguridad del proyecto.

3. Envolver con cuerda de sisal

La cuerda de sisal es el alma del rascador. Este material rugoso es perfecto para que los gatos afilen sus uñas sin dañarse. Comienza a enrollar la cuerda desde la base del poste hacia arriba, manteniendo siempre la cuerda bien tensa y sin espacios entre vuelta y vuelta. Usa silicona caliente o cola de contacto cada cierto tramo para fijarla bien. Este proceso puede tardar un poco, pero es esencial para que el rascador sea duradero. Cuando llegues al tope, corta y pega firmemente el extremo. ¡Listo! Ya tienes un rascador funcional y con estilo. Si quieres, añade una bola con cuerda colgando del tope para hacerlo más divertido.

Cómo hacer un rascador con cartón reciclado

1. Cortar las piezas de cartón

Este modelo es uno de los más económicos y ecológicos. Para empezar, junta varias cajas de cartón. Corta tiras del mismo ancho (aproximadamente 10 cm de alto) y del mismo largo. Puedes usar una regla y un cúter para asegurar cortes precisos. Necesitarás muchas tiras, entre 50 y 100 dependiendo del grosor final que quieras. Cuanto más denso el bloque, mejor será la experiencia de rascado para tu gato. Trata de usar cartón limpio y sin tintas tóxicas. Si quieres darle un toque personalizado, pinta los bordes exteriores antes de ensamblarlo. Este tipo de rascador es ideal para gatos que aman rascar superficies planas o para colocar cerca del sofá como distracción.

2. Ensamblar y pegar las capas

Una vez tengas todas las tiras listas, empieza a apilarlas una encima de otra. Usa pegamento blanco o cola de carpintero entre capa y capa para que queden bien unidas. Puedes ir apretando cada tanto para que el bloque quede bien compacto. Una vez armado el bloque, déjalo secar al menos 24 horas con peso encima. Esto garantiza que no se desarme con el uso. Para un acabado más profesional, puedes colocar el bloque dentro de una caja de madera o de cartón decorado. También puedes forrar los bordes con tela o cuerda para proteger las esquinas. Este modelo es tan sencillo que puedes reemplazarlo fácilmente cuando se desgaste.

Decoración y personalización del rascador

Cómo integrar el rascador en tu hogar

Un rascador no tiene por qué ser una estructura fea o fuera de lugar. Puedes personalizarlo para que combine con la decoración de tu casa. Usa telas que combinen con tus cortinas, pinta la base con colores neutros o añade detalles que lo hagan más estético. Por ejemplo, puedes colocar pequeñas macetas decorativas en la base (fuera del alcance del gato) o usar pintura acrílica para darle un estilo más moderno. También puedes hacer rascadores con formas curiosas: como un cactus, una montaña o incluso un pequeño castillo. Lo importante es que se vea como parte del ambiente y no como un objeto improvisado. Así, tanto tú como tu gato estarán felices.

Accesorios que puedes añadir

Para aumentar el interés de tu gato, puedes añadir algunos accesorios al rascador. Juguetes colgantes, pequeñas campanillas, bolas con catnip o incluso plataformas adicionales. Otra opción es integrar una zona de descanso acolchada en la parte superior o lateral. También puedes incluir una hamaca con tela resistente entre dos postes, o una pequeña cueva en la base para que se esconda. Si quieres hacer algo aún más divertido, instala una luz LED o un túnel de juego. Recuerda que mientras más elementos tenga el rascador, más lo usará tu gato. Solo asegúrate de que todo esté bien sujeto y que los materiales sean seguros para mascotas.

Cómo hacer que tu gato use el rascador

Consejos para atraerlo

No todos los gatos se sienten atraídos de inmediato por un rascador nuevo. Para motivarlo, puedes usar algunos trucos muy efectivos. Espolvorea un poco de catnip (hierba gatera) en la cuerda o cartón. También puedes frotarlo con sus juguetes o usar feromonas sintéticas en spray para hacerlo más atractivo. Juega con tu gato cerca del rascador y premialo con golosinas cada vez que lo use. Otro truco es colocarlo en zonas estratégicas: cerca del sofá, la cama o la ventana. Los gatos prefieren tener sus recursos cerca de donde pasan más tiempo. Si notas que tu gato rasca otros lugares, coloca el rascador justo al lado. Poco a poco lo asociará como su nuevo lugar favorito para afilar sus garras.

Errores comunes que debes evitar

Uno de los errores más frecuentes es colocar el rascador en una zona escondida o de poco tránsito. Si el gato no lo ve o no lo asocia con su territorio, simplemente lo ignorará. También es un error usar materiales poco atractivos como tela lisa o cuerda sintética, que no ofrecen una buena experiencia de rascado. Otro problema común es no fijarlo bien: si el rascador se tambalea o se cae, tu gato perderá la confianza y no volverá a usarlo. Por último, no lo obligues a usarlo. El gato debe explorar el rascador por voluntad propia. La clave está en hacerlo atractivo y funcional. Una vez que lo acepte como suyo, lo usará todos los días.

Mantenimiento y durabilidad del rascador

Cómo limpiarlo correctamente

Los rascadores acumulan pelo, polvo y, en ocasiones, restos de uñas. Por eso, es importante mantenerlos limpios para garantizar la salud de tu gato. Usa un cepillo de cerdas duras para retirar los pelos sueltos. Si está cubierto con alfombra o tela, puedes usar una aspiradora de mano. Para la cuerda de sisal, pasa un paño húmedo con agua y vinagre para desinfectar sin químicos. Evita mojar en exceso los materiales porque puede afectar la estructura interna. Realiza esta limpieza al menos una vez por semana. Un rascador limpio no solo dura más, también evita malos olores y mantiene un ambiente saludable para tu mascota. Además, un rascador limpio es más atractivo para el gato, ¡así que todos ganan!

Cuándo reemplazar las partes desgastadas

Con el tiempo, las partes más usadas del rascador comenzarán a mostrar desgaste. Es totalmente normal, sobre todo si tu gato lo usa a diario. La cuerda de sisal puede deshilacharse, la base aflojarse o el cartón aplastarse. En lugar de tirarlo todo, puedes reemplazar solo las partes dañadas. Si usaste tornillos, simplemente cambia el poste o vuelve a enrollar cuerda nueva. En el caso del cartón, corta un nuevo bloque y pégalo a la base original. Esta es otra ventaja de los rascadores caseros: son fáciles de reparar. Con un mantenimiento regular, tu rascador puede durar años. Solo asegúrate de revisar su estado cada tanto para evitar accidentes o incomodidad para tu gato.

Ideas creativas para rascadores de bajo presupuesto

Usa muebles viejos o en desuso

¿Tienes una mesita rota o una silla que ya no usas? ¡Perfecto! Puedes convertirlos en un rascador espectacular. Por ejemplo, una silla sin asiento puede convertirse en una base ideal para colocar cuerda de sisal en las patas, una hamaca en el hueco del asiento y hasta plataformas en el respaldo. Lo mismo con mesas viejas: puedes fijar un poste en el centro, añadir tela acolchada en la parte inferior y hasta instalar juguetes colgantes en los laterales. Esta técnica de reutilización no solo es económica, sino que también es sostenible y le da una segunda vida a los muebles. Además, suelen ser más robustos que las estructuras de cartón o tubos, lo que significa mayor durabilidad.

Rascadores colgantes en la pared

Si no tienes espacio en el suelo o quieres evitar el desorden, puedes hacer un rascador vertical que se fije directamente a la pared. Usa una tabla larga, cúbrela con cuerda de sisal o una alfombra vieja, y atorníllala a la pared en una zona de fácil acceso para tu gato. Es discreto, ocupa poco espacio y sigue cumpliendo perfectamente su función. Incluso puedes instalar varios paneles en una misma pared para crear una especie de "zona de escalada". Esta opción es ideal para apartamentos pequeños, donde cada centímetro cuenta. Solo asegúrate de que esté bien fijado para que no se caiga cuando el gato lo use con entusiasmo.

Rascadores móviles y portátiles

Otra idea genial es crear un rascador portátil que puedas mover de habitación en habitación. Puedes usar una caja pequeña de madera o plástico y colocar dentro un bloque de cartón o una base con alfombra. Este tipo de rascador es ligero, práctico y fácil de adaptar. Si vas a viajar o cambiar de ambiente, puedes llevarlo contigo para que tu gato no pierda su zona de confort. Además, te permite probar diferentes ubicaciones hasta encontrar el sitio favorito de tu mascota. Y como es pequeño, puedes hacer varios modelos y rotarlos para mantener su interés activo.

Cómo hacer una torre rascadora multipisos

Planificación y diseño modular

Si quieres construir algo más ambicioso, como una torre multipisos, lo primero es planificar bien. Define cuántos niveles tendrá, qué materiales usarás y cómo los conectarás. Un diseño modular es ideal porque te permite armar por partes y ajustar según el espacio. Puedes usar madera, MDF o incluso estructuras metálicas recicladas. Cada piso puede tener una función: uno con sisal para rascar, otro con una camita acolchada, otro con túneles o juguetes. Lo importante es crear una experiencia variada para tu gato. Este tipo de torre no solo entretiene, también estimula su instinto explorador y mejora su condición física. Es su pequeño gimnasio personal.

Materiales seguros y resistentes

La seguridad es fundamental en torres grandes. Asegúrate de usar materiales sólidos, sin clavos sueltos ni astillas. Si usas madera, lija bien los bordes. Utiliza tornillos en lugar de pegamento para asegurar mejor las uniones. Refuerza las esquinas y los pisos con soportes diagonales si es necesario. Para el revestimiento, usa alfombra, tela gruesa o cuerda de sisal. Si vas a incluir plataformas altas, añade barandillas o bordes para evitar caídas. Y si tienes más de un gato, considera duplicar el tamaño y reforzar aún más la estructura. Una torre bien hecha durará años y será el centro de entretenimiento preferido de tus mascotas.

Montaje y pruebas de estabilidad

Una vez tengas todas las piezas listas, empieza a montar la torre desde la base hacia arriba. Atornilla cada parte firmemente, revisando que no haya movimiento entre las uniones. Cada nivel debe ser lo suficientemente amplio como para que el gato se mueva con comodidad. Una vez montada, sacude ligeramente la estructura para comprobar la estabilidad. Si se tambalea, añade refuerzos. Coloca peso sobre los pisos para simular el uso del gato. Solo cuando estés completamente seguro de que es segura, deja que tu gato la explore. Al principio puedes atraerlo con juguetes o catnip para que la reconozca como suya. ¡Verás cómo en poco tiempo será su nuevo reino!

Dónde colocar el rascador en casa

Lugares estratégicos según el comportamiento del gato

El lugar donde coloques el rascador es tan importante como el diseño. Los gatos son territoriales y les gusta tener acceso a sus recursos (como comida, cama y entretenimiento) en las zonas que más frecuentan. Por eso, ubica el rascador en áreas donde tu gato pase mucho tiempo: cerca del sofá, junto a su cama o al lado de la ventana. También puedes colocarlo en zonas de paso o en los rincones que suele rascar. Evita esconderlo detrás de puertas o en zonas poco transitadas. Si tienes más de un rascador, distribúyelos por distintas áreas para cubrir todo su territorio. Así evitarás que busque tus muebles como alternativa.

Cómo combinarlo con otras zonas de juego

Los rascadores pueden formar parte de un rincón temático para tu gato. Crea una zona de juegos con rascador, juguetes, túneles y una camita. Si tu casa tiene varias alturas, puedes poner un rascador en cada nivel. También puedes combinarlo con estantes o repisas para que tu gato escale y explore. Lo ideal es que el rascador no sea un elemento aislado, sino integrado a su rutina diaria. Incluso puedes colocarlo cerca de su caja de arena, ya que los gatos suelen rascar después de hacer sus necesidades. Observa el comportamiento de tu gato y adapta el entorno a sus costumbres. Así aumentarás la probabilidad de que use el rascador con frecuencia.

Ventajas de los rascadores caseros frente a los comerciales

Personalización total

Uno de los grandes beneficios de hacer tu propio rascador es que puedes adaptarlo completamente a tu gato. Mientras los modelos comerciales tienen medidas estándar, tú puedes construir algo a medida. ¿Tu gato es grande? Haz una estructura más robusta. ¿Le gusta esconderse? Añade una cueva. ¿Rasca horizontalmente? Crea una base ancha. No hay límites. Incluso puedes cambiar el diseño con el tiempo, añadir nuevos accesorios o modificarlo según la edad del gato. Esta flexibilidad es imposible con los rascadores prefabricados, y tu gato lo agradecerá porque sentirá que el espacio fue hecho especialmente para él.

Ahorro económico

Los rascadores comerciales pueden ser costosos, especialmente los de buena calidad. En cambio, con materiales reciclados o de bajo costo, puedes construir uno por una fracción del precio. Por ejemplo, una cuerda de sisal cuesta menos de lo que piensas, y con un poco de madera o cartón puedes crear estructuras funcionales y resistentes. Además, como puedes reparar y sustituir partes desgastadas fácilmente, ahorras aún más a largo plazo. Lo mejor de todo es que tu gato no notará la diferencia (o la preferirá), porque para él lo importante es la funcionalidad, no la marca. Así que no te preocupes por hacer algo lujoso, sino algo útil y bien hecho.

Una actividad creativa y gratificante

Además del beneficio práctico, construir un rascador casero puede ser una actividad muy divertida. Puedes involucrar a tus hijos, pareja o amigos en el proyecto. Es una excelente forma de pasar tiempo de calidad haciendo algo productivo. También es una oportunidad para aprender sobre carpintería, diseño y creatividad. Y cuando veas a tu gato usar lo que tú construiste con tus propias manos, la satisfacción es inmensa. Es una forma directa de demostrar tu amor por tu mascota, y de ofrecerle un entorno más enriquecido. ¿Y lo mejor? No hay reglas. Cada proyecto es único, como tu gato.

Conclusión

Hacer un rascador casero para tu gato no solo es posible, sino que es una de las mejores decisiones que puedes tomar si tienes un felino en casa. No necesitas gastar grandes sumas de dinero ni ser un experto en bricolaje. Con materiales sencillos, algo de creatividad y mucho cariño, puedes construir una estructura funcional, duradera y adaptada completamente a tu gato. Desde modelos simples con cartón reciclado hasta torres multipisos, las posibilidades son infinitas. Lo importante es observar a tu mascota, entender sus preferencias y diseñar pensando en su bienestar. Además, al construir tu propio rascador, contribuyes al reciclaje, ahorras dinero y fortaleces el vínculo con tu gato. Recuerda que un felino feliz es un compañero equilibrado, tranquilo y cariñoso. Así que no esperes más: elige tu diseño, junta tus materiales y manos a la obra. ¡Tu gato te lo va a agradecer todos los días con cada zarpazo!

Preguntas Frecuentes (FAQs)

1. ¿Cuál es la mejor cuerda para un rascador casero?

La cuerda de sisal natural es la mejor opción. Es resistente, no tóxica, y proporciona la textura ideal que a los gatos les encanta. Evita las cuerdas sintéticas o de plástico, ya que pueden ser peligrosas si se deshilachan.

2. ¿Cuánto tiempo dura un rascador casero?

Depende del uso que le dé tu gato y los materiales empleados. Un rascador con buena base y cuerda de calidad puede durar entre 6 meses y 2 años. Los de cartón reciclado duran menos, pero son más fáciles de reemplazar.

3. ¿Qué hacer si mi gato no usa el rascador?

Puedes atraerlo con catnip, colocar el rascador cerca de donde suele rascar, jugar con él alrededor del rascador o frotar sus juguetes favoritos en él. La paciencia y la repetición son clave para que lo adopte.

4. ¿Puedo combinar distintos tipos de rascadores?

¡Claro! De hecho, es recomendable. Combinar un rascador vertical con uno horizontal o una torre con varios niveles estimula a tu gato y evita el aburrimiento. También le das opciones para cada momento del día.

5. ¿Es seguro usar muebles reciclados para el rascador?

Sí, siempre que estén limpios, sin clavos sueltos, astillas o elementos peligrosos. Lija bien todas las superficies y asegúrate de fijar firmemente las piezas. Reutilizar muebles no solo es seguro, sino también muy económico.

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